Según la Encuesta Nacional de Polivictimización: Violencia e inseguridad: lo que reportan niñas, niños y adolescentes
Ser testigo de distintas formas de violencia tiene un impacto significativo en el bienestar de niñas y niños. Tal como se da cuenta en el artículo “¿Cómo son los barrios donde están creciendo niñas, niños y adolescentes en Chile?” (ver link), estudios han demostrado que la exposición a la violencia en los barrios es un predictor de la salud mental y física en el desarrollo de la niñez[1]. Además, presenciar violencia en la comunidad se ha vinculado con mayores tasas de deserción escolar, menores índices de graduación y un peor desempeño escolar[2].
Aunque la encuesta Casen revela que el 47% de los niños vive en barrios con niveles críticos de violencia (ver link), surge la pregunta: ¿Cuántos presencian violencia y tráfico en su vida diaria? La última Encuesta Nacional de Polivictimización, publicada en marzo de 2024 por la Subsecretaría de Prevención del Delito y con datos de 2023, ofrece una visión detallada de esta situación, recogiendo testimonios de niñas, niños y adolescentes desde séptimo básico hasta tercero medio (mayores de 12 años). Este artículo examina cuántos han sido testigos de violencia en sus entornos según sus propios testimonios.
¿Qué dicen?
Los resultados son preocupantes: el 58% ha presenciado balaceras, venta de drogas, consumo de sustancias y peleas al menos una vez en su vida, y el 42% ha tenido estas experiencias en el último año. Además, la mitad de los niños ha visto peleas sin armas, y uno de cada cinco ha sido testigo de peleas con armas. Es notable que, entre 2017 y 2023, ha aumentado significativamente el porcentaje de niños que han presenciado peleas con armas, tanto en algún momento de sus vidas como en el último año. En cambio, no se observan cambios significativos en cuanto a presenciar tráfico y peleas sin armas desde 2017.
Considerando las tres expresiones de violencia, vemos que uno de cada dos niños de séptimo a tercero medio (52%) ha presenciado alguna pelea y/o tráfico de drogas alguna vez durante el último año y uno de cada cinco (21%) señala que ha presenciado estos eventos al menos una vez al mes. En general, se observan diferencias según el curso en el que se encuentran: a medida que las niñas y niños avanzan de nivel, aumenta el porcentaje que ha presenciado estas expresiones de violencia durante el último año. A su vez, entre los alumnos de particulares pagados se observa un menor porcentaje que declara haber presenciado peleas y tráfico de manera frecuente, con un 14%, en comparación con el 21% y 22% reportado en colegios municipales y particulares subvencionados, respectivamente. No se observan diferencias relevantes por sexo ni estatus migratorio, lo que indica que tanto niñas y niños, migrantes y chilenos, se encuentran igualmente expuestos a la violencia en sus entornos.
La encuesta también pregunta por el lugar donde presenciaron estos eventos la última vez[1]. Uno de cada tres señala que esto ha ocurrido en la calle, lejos de su barrio. Un 22% presenció peleas y/o tráfico en su barrio, uno de cada cinco en su colegio (17%) y 3% en su casa. Al comparar los resultados de esta encuesta entre 2017 y 2023 vemos que ha aumentado el porcentaje de niñas y niños que declaran que la última vez que observaron estas expresiones de violencia fue en su casa y en el colegio, y disminuyó el porcentaje que declara que esto ocurrió fuera de su barrio.
[1] Se pregunta, a los niñas y niños que han presenciado alguno de estos fenómenos el último año, dónde lo vieron por última vez.
Zoom a los colegios: ¿dónde se han visto los aumentos?
Como se veía en el apartado anterior, de una medición a otra el porcentaje de niñas y niños que habían presenciado este tipo de violencia en el colegio la última vez aumentó de 11% a 17%. Cruzando distintas variables, se observan algunos hallazgos interesantes:
En los colegios de todas las dependencias administrativas aumenta este indicador, así como también en todos los cursos, e independiente del género y estatus migratorio de los estudiantes.
En términos de macrozonas, donde se ve el mayor salto es en la macrozona sur (Biobío, La Araucanía, Los Lagos, Aysén, Magallanes y Los Ríos), seguido por la Región Metropolitana. En la macrozona norte no se ven cambios significativos.
Entonces, ¿cuánta violencia presencian las niñas y niños que viven en Chile? Lo que revela la Encuesta Nacional de Polivictimización 2023 es que el 52% de las niñas y niños ha presenciado violencia y/o tráfico de drogas en sus entornos durante el último año, y el 21% indica haber sido testigo de estos hechos al menos una vez al mes. Estas cifras se han mantenido estables desde 2017.
Desde 2017 hasta 2021, se registró un aumento en el porcentaje de niños que han sido testigos de peleas con armas, un incremento discreto de tres puntos porcentuales, aunque significativo y alineado con los hallazgos de la encuesta Casen 2022 (link al artículo anterior). Además, se ha observado un aumento en la frecuencia con la que los niños reportan haber visto peleas, tanto con armas como sin ellas, dentro del ámbito escolar.
Estos datos resaltan la necesidad de desarrollar entornos seguros y libres de violencia para niñas y niños, comenzando por las instituciones educativas. Es fundamental que las escuelas sean espacios donde el aprendizaje y el crecimiento personal puedan florecer sin la sombra de la violencia, asegurando así el bienestar integral de los estudiantes.
Referencia
[1] Theall et al., «Association Between Neighborhood Violence and Biological Stress in Children».[2] Deborah Fry et al., «The relationships between violence in childhood and educational outcomes: A global systematic review and meta-analysis», Child Abuse & Neglect, Highlighting Education and Learning in the Context of Childhood Abuse, Neglect, and Related Stressors, 75 (1 de enero de 2018): 6-28, https://doi.org/10.1016/j.chiabu.2017.06.021.