Según encuesta CASEN : ¿Cómo son los barrios donde están creciendo niñas, niños y adolescentes en Chile?

 
 

Los barrios en lo que habitan y crecen las niñas y niños son un factor fundamental para su bienestar. Su capacidad para alcanzar su máximo potencial depende en parte de las características de sus entornos y las interacciones que generan con ellos a lo largo del tiempo. La violencia en estos contextos no solo representa un peligro físico, sino que también amenaza su desarrollo integral.

De hecho, estudios han demostrado que la exposición a la violencia a nivel de vecindario es un predictor de la salud en los adultos[1] y en los niños[2]. Niñas y niños en barrios con altos niveles de violencia son más susceptibles al "estrés tóxico", lo que puede alterar su capacidad de aprendizaje y adaptación a situaciones estresantes en el futuro, además de afectar su salud física y mental[3].

Este panorama plantea una pregunta importante: ¿Cómo son los barrios donde crecen niñas, niños y adolescentes en Chile? La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) permite perfilar estos barrios y alertar sobre un incremento de expresiones de violencia crítica.

¿Por qué utilizar Casen para ello? Porque la encuesta es una herramienta fundamental que impulsa el Estado, para conocer la realidad socioeconómica de los hogares en Chile. A través de ella, cada dos o tres años, el país puede evaluar cambios en la situación de las familias, educación, salud, vivienda, empleo e ingresos. Y si bien es respondida por la jefa o el jefe de hogar, su cuestionario permite caracterizar los barrios donde residen niñas, niños y adolescentes. En este análisis utilizamos dos preguntas: si algún miembro del hogar ha presenciado, en su barrio, en el último mes[4]: (1) peleas y amenazas y (2) balaceras.

La persona puede calificar la frecuencia de esos eventos respondiendo “nunca”, “pocas veces”, “muchas veces” o “siempre”.

Según los resultados de la Encuesta Casen 2022, se revela que una proporción significativa de niñas, niños y adolescentes reside en barrios donde las peleas y amenazas son comunes, con un 20% experimentándolas frecuentemente y un 27% de manera esporádica. En cuanto a la exposición a balaceras -la expresión más grave y dañina de la violencia en el entorno-, un 43% de las niñas y niños vive en hogares donde se han presenciado balaceras en el último mes. Además, uno de cada cinco reside en áreas donde estos incidentes ocurren "muchas veces" o "siempre" durante el mismo período.

Aunque los datos de Casen 2022 muestran que no ha habido cambios significativos desde 2015 y 2017 en el porcentaje de niños que vive en barrios con alta frecuencia de peleas y amenazas, se observa un aumento preocupante en la cantidad de niñas y niños que residen en áreas donde se presencian balaceras. Este porcentaje ha ascendido del 35% en 2015 al 43% en 2022, evidenciando un incremento sostenido en la exposición a este tipo de violencia extrema en el entorno en el que se desarrolla la niñez.

Tipología de barrios

A partir de las respuestas que las jefas o jefes de hogar entregan en la encuesta Casen, este artículo desarrolla una tipología de barrios para identificar las características específicas de aquellos donde residen niñas, niños y adolescentes. Para este análisis, se utilizan cuatro variables clave relacionadas con la violencia.

Los barrios se clasifican en tres categorías según la presencia y frecuencia de actos violentos:

  1. Barrios con violencia crítica: incluyen aquellos donde se registran balaceras (pocas veces, muchas veces, y siempre) y/o donde las peleas y amenazas son frecuentes (muchas veces o siempre).

  2. Barrios con violencia ocasional: corresponden a aquellos lugares donde las peleas y amenazas ocurren pocas veces.

  3. Barrios sin violencia: son aquellos donde no se reportan ni peleas, amenazas ni balaceras.

De acuerdo con este constructo, en Chile solo 43% de las niñas y niños vive en barrios sin presencia de violencia. Un 10% viviría en barrios donde hay violencia ocasional y uno de cada dos (47%) vive en barrios con niveles críticos de violencia.

En términos regionales, las disparidades son notables. En la Región Metropolitana, dos tercios de las niñas, niños y adolescentes viven en condiciones de violencia crítica. En las regiones del norte, como Arica, Tarapacá, Antofagasta y Atacama, la situación es igualmente grave, con uno de cada dos niñas y niños viviendo en barrios con altos niveles de violencia. La región del Biobío también presenta cifras similares.

El análisis por quintil de ingresos revela una relación clara entre el nivel económico de los hogares y la exposición a entornos de violencia crítica en Chile. A medida que disminuyen los ingresos del hogar, aumenta la probabilidad de que niñas y niños residan en barrios con altos niveles de violencia. No obstante, un número considerable en todos los estratos de ingresos vive expuesto a la violencia, lo que indica que este problema no se limita exclusivamente a las comunidades de bajos recursos.

Este panorama nos muestra que la violencia forma parte del entorno en el que crecen la mayor parte de las niñas y niños en Chile.

Las expresiones de esa violencia han cambiado. Si bien desde 2015 se observa una alta presencia de peleas y amenazas en los barrios donde habitan niñas y niños, 2015 y 2023, se ha observado un aumento en incidentes de balaceras y disparos, lo que indica que los entornos han ido tornándose más inseguros.


 
Anterior
Anterior

Según la Encuesta Nacional de Polivictimización: Violencia e inseguridad: lo que reportan niñas, niños y adolescentes

Siguiente
Siguiente

Adolescencia en Chile: alertas y oportunidades en la Salud Mental de los 15 a 17 Años